Un cosmético es una sustancia o preparado destinado a aplicarse en las diversas
partes superficiales del cuerpo, además de los dientes y la mucosa bucal. Su función
varía desde limpiar, perfumar o proteger, hasta modificar, mantener y corregir aspectos
u olores corporales. Los productos cosméticos se pueden presentar de distintas formas,
como cremas o geles, entre otros. No se consideran cosméticos aquellos preparados
destinados a la prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades. Tampoco
los destinados a ser ingeridos, inhalados, inyectados o implantados.
La legislación
española sobre cosméticos garantiza la salud y la seguridad de los consumidores
mediante el establecimiento de una serie de limitaciones técnicas en la composición
de los mismos, así como de la información que debe ser puesta a disposición de las
autoridades y del público. Además, la legislación prohíbe que a los productos cosméticos
se les puedan atribuir propiedades o acciones que no poseen o se excedan las funciones
cosméticas, es decir curativas, afirmaciones falsas o que induzcan a error.
Aunque los cosméticos son productos seguros, a veces pueden provocar reacciones
adversas. En estos casos debe acudir a su farmacéutico, quien mediante un sencillo
interrogatorio podrá establecer si es producida por una mala utilización del producto
cosmético o si se debe a algún componente del mismo. En estas situaciones se puede
proponer la utilización de productos alternativos, o cuando el farmacéutico así
lo crea se le derivará al especialista. Ante una intoxicación o ingestión de un
producto cosmético no dude en ponerse en contacto con el Servicio Nacional de Información
Toxicologica, en el teléfono 91 562 04 20.
En cualquier caso en la utilización
de los productos cosméticos debemos seguir una serie de consejos prácticos. En primer
lugar el producto tiene que ser el adecuado al tipo de piel. Antes de su aplicación
debemos leer los prospectos, indicaciones de uso y condiciones especiales de utilización
de los productos. Recuerde que los niños por su tipo de piel, requieren productos
cosméticos específicos, y no los deje a su alcance ya que podrían ingerirlos. Los
productos cosméticos están diseñados para una parte del cuerpo, no los utilice en
otra que no sea la indicada. Una vez abiertos, los productos cosméticos deben guardarse
bien cerrados, en zonas fuera de fuentes de calor.
Recuerde que en la utilización
de productos cosméticos el farmacéutico le puede asesorar ante situaciones especiales
como reacciones adversas, aplicación en lesiones o partes dañadas, y sobre diversas
patologías o estados fisiológicos como embarazo, lactancia o menopausia. Además,
si fuese necesario le puede elaborar una fórmula cosmética personalizada.
No lo olvide: pregunte siempre a su farmacéutico, él le informará sobre
estas y otras cuestiones relacionadas con la salud y el medicamento.